Conocé cómo ha sido la evolución de las oficinas y las formas de organizar el trabajo.
La forma de conectarnos y relacionarnos en el trabajo ha cambiado mucho desde los años 90 hasta la actualidad. Gran parte de esta evolución ha sido la inclusión de la tecnología en las oficinas. Y desde que esta llegó para quedarse, las oficinas, el mobiliario, las sillas, así como las formas de trabajar han cambiado tanto que nos exigen adaptarnos constantemente al incluir nuevas herramientas y configuraciones a los entornos de trabajo.
En este artículo repasamos y actualizamos parte de lo que ha sido la historia y evolución de las oficinas y las formas de organizar el trabajo, desde sus inicios a comienzos del siglo XX, hasta nuestros días.
1900-1950. La oficina Taylorista. El taylorismo hace referencia a la división de las distintas tareas del proceso de producción, como método de organización industrial y la producción en cadena. En los comienzos del trabajo organizado, la tecnología era muy limitada, y en la medida en que las organizaciones crecían, más personas comenzaban a trabajar juntas a partir de nuevas filosofías enfocadas en estructuras organizacionales. La eficiencia del Taylorismo de los 90 fue cayendo en los años 30 para volcarse hacia una mayor creatividad en el trabajo junto al surgimiento de mejores herramientas de comunicación.
1950-1980. Posguerra. Luego de la posguerra se democratizó la distribución de la tecnología que comenzó a desarrollarse a partir de la segunda Guerra Mundial. Cada vez más gente comenzó a tener acceso a teléfonos y otras tecnologías logrando unir más los espacios en las oficinas. A mediados de los años 70, elementos como paneles y paredes móviles se fueron imponiendo y rompiendo barreras entre los puestos permitiendo, a su vez, fáciles reconfiguraciones de los espacios.
1980-1990. La computadora personal. A partir de la década de los 80, cada vez más personas comenzaron a tener acceso a computadoras personales. Como consecuencia, el equipamiento también se transformó para dar soporte al trabajador moderno y fue diseñado para que las personas pudieran tener acceso a la energía desde sus escritorios. Esto influyó en la diversificación de los roles en las oficinas.
1990-2015. La red. A partir de los años 90 el flujo de información se aceleró y así también la velocidad del trabajo. Las organizaciones comenzaron a verse como entornos sociales y culturales, y ya no como estructuras. Internet llegó a todo el mundo, y la colaboración alrededor de la tecnología se convirtió en algo esencial en el espacio de trabajo.
2015-2018. Inteligencia + Tecnología + Conexión. En la última década los espacios se han ido “conectando” completamente y transformándose en ambientes más inteligentes e integrados sin importar la ubicación de las personas. A su vez, hoy la tecnología comienza a hacerse cargo de tareas que eran más bien repetitivas permitiendo que las personas puedan dedicarse a crear y resolver problemas que requieren de más innovación y creatividad.
También ha cambiado la forma en la que entendemos nuestros espacios de trabajo, como entornos culturales y de bienestar. Trabajadores y empleadores son conscientes de que en estos espacios donde pasamos gran parte de nuestro tiempo es importante aportar nuestra identidad.
Por otro lado, los ambientes de trabajo se adaptan para alternar estados según las necesidades. Espacios adaptados para poder trabajar en equipo pero también ambientes cómodos para el trabajo individual y privado.
Cambian las personas, las herramientas, y cambian las culturas de trabajo. Y es clave comprender esta evolución orgánica para concebir el mejor ambiente laboral que mejor se adapte en todo momento a las necesidades de los usuarios.
Si en los últimos años hemos presenciado tantos cambios en la cultura de trabajo y en cómo nos conectamos, ya podemos vislumbrar el trabajo del futuro en los próximos años en donde la integración de la inteligencia artificial, la realidad virtual y la analítica humana serán tan normales como nuestros dispositivos personales actuales.
Y ustedes, ¿cómo se sienten con respecto a esta evolución? ¿Creen que sus entornos laborales están adaptados?